Boda en Hacienda Vera Cruz: Ana y Antonio

Ana y Antonio también se decantaron recientemente por celebrar la ceremonia de su enlace y el banquete en el mismo lugar, en nuestra hacienda. Ellos también se dejaron llevar por las ventajas que eso supone, principalmente la comodidad. Y al final de la jornada pudieron constatar que fue un acierto.

La ceremonia de Ana y Antonio

ana-y-antonioLa entrada de la hacienda lució con los soportes altos y curvados de las jaulas, que hacían que el blanco contrastara con el verde y el rosa del interior.

Una vez más, nuestros jardines sirvieron de escenario a una boda espectacular. A las estructuras de madera fijas se unió el biombo adornado con flores para crear un espacio más recogido, la propia mesa del altar y jaulas en el lateral a modo de decoración. Bajo uno de los pórticos laterales se situaron los músicos que acompañaron durante la ceremonia, que terminaron por llenar el espacio de una forma especial, emotiva.

El colorido lo ponía no solo la vegetación de nuestros jardines, que combina verdes, marrones o rosas, sino también unos invitados elegantemente vestidos para la ocasión. Al ser una boda de noche fueron muchos los trajes y monos largos en rojo, azul, verde o mostaza, en el caso de ellas.

El banquete

Después de la ceremonia los invitados pasaron al salón. El color elegido en esta ocasión para el juego de mesasa y sillas fue blanco y las gamas de beige y marrón claro. Colores elegantes con los que no correr riesgos innecesarios.

El centro de mesa daba ese toque de color que siempre es elegante a la par que rompedor. Los recipientes de cristal que sostenían las flores de color rosa y el toque de verde, tenían el tallo alargado, de forma que el centro quedaba en alto.

Esta opción no solo es estética, sino funcional. Queda muy bien en mesas redondas en la que los invitados tienen a personas enfrente, con las que pueden conversar sin que nada interfiera en su contacto visual. No fue, sin embargo, la única opción en centros de mesa, aunque los más bajos eran también más discretos, para no acaparar todo el protagonismo.

Una vez degustado el menú, la fiesta se trasladó, de nuevo, a los exteriores de la hacienda. Era el momento de la orquesta, el baile, la diversión, las anécdotas.

Hacienda Vera Cruz

Boda en Hacienda Vera Cruz: Ana y Antonio