Boda de Rubén e Inmaculada
Seguimos con lo que, podríamos decir, es la temporada alta de nuestra hacienda en lo que a bodas se refiere. Estamos ocupadísimos, ¡pero nos encanta formar parte de vuestras historias!
Entre los últimos enlaces que ha acogido nuestra hacienda, también ha tenido lugar el de Rubén e Inmaculada. La cena y la fiesta fueron precedidas de un ceremonia que se desarrolló en nuestro jardín, un marco estupendo en estos meses de verano.
Boda de Rubén e Inmaculada: el jardín de nuestra hacienda como marco
El que acuñara la famosa expresión «sencilla a la par que elegante» bien podría estar pensando en esta pareja. Les bastó la visita de rigor a nuestras instalaciones para saber qué querían y cómo, y lo cierto es que lo han hecho todo muy fácil. Tras los trámites llegó el Gran Día.
El enlace reunió toda la esencia de las bodas de verano, tan apacibles generalmente cuando cae la noche. Probablemente, Rubén no pueda olvidarse jamás de una de las imágenes más emotivas: Inmaculada caminando hacia él por un camino de piedra, rodeada de invitados de pie junto a sillas blancas. Enfundado en su traje de chaqueta azul, recordará para siempre lo especialmente guapa que lucía ese día, con su vestido blanco con detalles joya sobre los hombros. Tampoco ella olvidará tal paseo, por supuesto, ni lo que aguardaba al final del camino: el principio de otro.
Boda con damas de honor
Muchas son las parejas que eligen nuestra hacienda para casarse, y eso nos convierte en observadores directos, en testigos silenciosos (pero efectivos) del evento. Y, por supuesto, registramos la tendencia temporada a temporada.
Se están poniendo de moda, por ejemplo, las damas de honor. Y según las vimos en la boda de Rubén e Inmaculada podemos decir que, aun siendo una tradición importada, es un acierto.
Cierto es que la premisa principal es elegir un atuendo con gusto. Las de Inmaculada llevaban un sencillo traje rojo de corte sirena con escote de pico y sin mangas. Para sumar al atuendo, escogieron una bonita corona de flores y un ramo en tonos cálidos, a juego con el de la novia. A diferencia de ellas, Inmaculada llevaba flores en blanco.
En definitiva, bonita pareja y preciosa boda. ¡Felicidades!
Hacienda Vera Cruz
Boda de Rubén e Inmaculada